Las posibilidades que nos dan los colores son infinitas, hay colores claros, oscuros, fríos y cálidos, teniendo la capacidad de transformar un espacio en otro muy distinto.
A la hora de decorar, el color es todo, de ello depende el éxito o el fracaso de la ambientación. Se puede elegir colores «análogos» que son los que estan contiguos en el círculo cromático, o si somos más osados, usando los «complementarios», que se encuentran opuestos en el círculo, de ese modo, no hay forma de equivocarse.
CÁLIDOS: amarillos, naranjas y colorados
FRESCOS: verdes, pistachos, manzana y aguamarinas.
NEUTROS: beiges, canelas y tierras naturales
MARINOS: turquesas, celestes, aguamarinas.
Los colores suaves y pasteles noy ayudan a crear ambientes más clásicos y relajados. En cambio los colores puros y vibrantes generan un ambiente dinámico y alegre. Por eso recomendamos para las habitaciones de los bebés toda la gama de tonos pasteles, reservando los colores vibrantes para niños a partir de los 5 años o para zonas de juegos en general.
«Y no se olviden, hay que elegir los colores que nos hacen feliz, ya que tendremos que convivir con ellos»
los tonos pasteles en la habitación del bebé son lo más recomendado.
la explosión del color en los detalles genera la diferencia.